martes, 7 de septiembre de 2010

"A Propósito de Mantegna" Alvaro Paz

Vistas Exposición Individual "A Propósito de Mantegna" de Alvaro Paz
Centro de Bellas Artes de Maracaibo / 02 de Septiembre del 2010
Museografía Jimmy Yanez














Texto para "A Propósito de Mantegna" por Alberto Asprino


Portada

Texto Alberto Asprino para la exposición "A Propósito de Mantegna" 2010. Alvaro Paz

El dibujo como disciplina de expresión ha pasado por una notable transformación a partir de los cambios sustanciales que ha venido presentando en el contexto de las artes visuales del país. Se ha “fusionado” con otros medios, se ha tornado piel corpórea, soporte.
El escenario del arte emergente ha estado vigilante ante esos cambios experimentados, entendiendo que para fortalecerlo como genuino recurso contemporáneo, hay que ir más allá de su propia condición técnica.
Álvaro Paz ha insistido, por ahora, en mantener de alguna manera, la autonomía que se le adjudica al dibujo, buscando, no obstante, un legítimo lenguaje personal. Sus enseñanzas académicas aún se sienten, aunque se percibe que busca “zafarse” de ello para darle rienda suelta a su sensible gesto expresivo.
Su trabajo reciente, ordenado más como introspección que como rigor expositivo, delata un virtuosismo que se propone desde lo conceptual reforzar su más imperiosa necesidad creadora: liberarse de ataduras externas. Por ello desde el modelo retrato recorre y delinea lo corpóreo, lo construye como una suerte de escenario existencial, logrando incorporar a su obra episodios que revelan crudos aspectos de su realidad cotidiana, marabina, que también tiene idénticos ecos a nivel nacional: la violencia, la pérdida de valores sociales, la vida traducida en tragedia. La vida tal cual ocurre hoy día.
Muy a pesar de su corta edad, Paz asume esa realidad valientemente, sin tapujos, desde el arte como arma de defensa. El dibujo ya no representa un propósito, más bien es un recurso plástico que él utiliza para llegar al encuentro consigo mismo.
El arte y la vida lo retan a encausarse por nuevos caminos, eso sí, permitiéndole mantener su frescura y coraje, valores que desde su sentir joven lo fortalecen. Su “Mantegna en Maracaibo” es un espejo donde todos estamos reflejados desde el sentir colectivo, aunque ninguno de nosotros, en verdad, queremos vernos identificados, marcados, por más retrato que sea.
Paz nos aproxima al dolor de la inseguridad, el desenfreno de la anarquía, el rostro desdibujado por el quebranto de los sueños de vida, convertidos -curiosamente- desde su trazo, en mirada poética.

Alberto Asprino
Caracas, Agosto 2010